Necesité mucho valor para saber que nuestros corazones eran diferentes. Es hora de no sentir pena por mi misma y de admitir que he dejado de ser tu punto de referencia. He descubierto que mi poder es mucho menor de lo que me imaginaba, entendí que el presente es el tiempo que tenemos que vivir, pues cuando se vive en el pasado solo se tienen sentimientos de culpa y si nos preocupamos por el futuro acabamos siempre temerosos. No podemos cambiar el pasado porque ya sucedió, entonces es mejor aceptarlo y comprender que todo lo que ocurrió fue necesario para que aprendiéramos las lecciones de la vida. El futuro por su parte es un enigma que trae consigo sorpresas inevitables, saber vivir esas sorpresas es uno de los más bellos desafíos de nuestras vidas. ¿Sabes? Hubo un momento en el que creí que todavía te conocía, pero cuando desapareciste aquel día me dejaste además de perpleja muy dolida. Me convencí realmente de que ya tú no me querías y que no podía seguir aferrada a un amor que dejó de pertenecerme desde hace mucho tiempo. El hecho de que estuvieras tanto tiempo tan lejos de mí siempre me lo mostró, sobre todo cuando logré ver cómo has salido triunfante de las cenizas. El único momento en que podemos ser felices es ahora pero ya no estamos juntos y ha llegado el momento de dejar de esperar a que tú hagas tus movimientos para acomodar las fichas de mi juego. La vida no es un juego de ajedrez en la cual uno siempre está a la espera de los movimientos del otro para que decidamos que es lo que tenemos que hacer. Sinceramente no sé cuánto de eso fue mi gran amor, luchando para no morirse y mi orgullo herido por sentirme despreciada. Yo no noté en ti ningún rechazo y de repente que me dijeras "adiós para siempre" me causo un dolor indescriptible, nunca podrás saber el daño que me hiciste, te conozco bien y sé que no quisiste hacerlo pero el caso es que pasó y me heriste profundamente y ahora que comprendí que todo fue una mentira produjo en mi un tremendo desengaño y una desazón infinita. Tienes múltiples cualidades, me atraes de verdad y te quiero de corazón, pero lo que no puedo hacer es obligarte a que me correspondas si has dejado de quererme. ¿Motivos?, Siempre existen, pero quizás nunca los sepamos. El tiempo no pasa en vano y día a día vas notando que el dolor es menor y que no todo merecía la pena.